A pesar de este abrumador hecho, la experimentación en animales o vivisección continúa existiendo. Y debido a su desarrollo y mantención, cada segundo 33 animales mueren dentro de algún laboratorio en el mundo, en facultades universitarias de medicina, biología y veterinaria; en laboratorios contratados por empresas productoras de cosméticos, artículos de aseo personal y para el hogar, de comida humana y alimento para mascotas y en dependencias químico farmacéuticas y militares. A esto se suma los cientos de muertes y miles de daños a seres humanos que se ven afectados por los efectos adversos o secundarios de las sustancias testeadas como seguras en animales.
martes, 29 de mayo de 2007
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